jueves, 26 de junio de 2008

Amanece a las 4:45 AM

Los días son muy largos y se estiran nuestras dentaduras. Hay mucho día para disfrutar.

Pasa el camión de bomberos, la banda de trompetas y trombones, el escuadrón de motos de policía, la banda de gaitas, personas disfrazadas de muñecos,…y sigue. Los niños a la vera del camino saludan a quienes desfilan, a cambio reciben un divertido gesto…y sonríen y no lo pueden creer… “¡me saludó el que maneja el camión de bomberos!”... “¡el oso gigante ese me saludó y me dio un caramelo!”… Eso veo en las caras de los pibes.

Son cientos de chicos, adolescentes, padres, solterones, abuelos, estudiantes y yuppies en una calle de ciudad por la que normalmente rugen los colectivos, silban las bicicletas, y sólo murmullan los transeúntes. Hay puestos de comida, carreras de 1 km. con disfraces. La comunidad tiene sus días para juntarse en las calles y divertirse. Parece tan ingenuo a veces. Con Sil miramos desde la ventana de nuestro departamento hacia la calle, y vemos todo esto pasar, a la gente aplaudiendo, sonriendo, divirtiéndose con pavadas ¿Con esto se divierten los canadienses? Eso fue lo primero que pensamos. Nos reímos…pero seguramente sea pura envidia. Yo no tengo recuerdos de esto en mi infancia ni adolescencia, ni tampoco de vivirlo de adulto. Supongo que esto existe en los barrios de Buenos Aires, debe ser que a mi me parecía medio ridículo y aburrido, o no quería ser visto en este tipo de evento. No lo sé. Pero hay algo que flota detrás de todo esto que veo hoy que me parece increiblemente lindo, ingenuo, pero lindo.

No se si decir que hay mayor actividad comunitaria aquí. Es tan difícil medir el capital social cuando uno recién se está metiendo en la cultura local. Sin dudas acá el contacto físico es más escaso, el saludo más distante y el latido de la ciudad más sobrio. No se sí los vecinos se conocen, se visitan, etc. Yo poca bola le di a mis vecinos en Buenos Aires, y lo mismo ahora. En fín, la contracara de la distancia y cierta baja temperatura de las relaciones humanas en esta ciudad, es la ola de eventos comunitarios que hay en este comienzo de verano. Hay excitación por las más cálidas temperaturas (llegando a los 20°C con comodidad) y se funden las corrientes de inmigrantes que hoy dominan las caras e idiomas que se ven y oyen por las calles (el 90% de la población de Vancouver no nació en esta ciudad). Ya pasamos por el año nuevo chino, el día griego, y el festival de nuestro barrio que es hogar de gentes de los todos los continentes. Todo se vive con algarabía. Seguiremos explorando.

Dicen que esto sigue hasta fin de agosto. Luego, la ciudad comienza a bostezar maleducadamente sin taparse la boca, se acurruca entre sus antiguos bosques boreales, se tapa con una frazada pesada de nubes y se hunde en sueños largos de lluvia y frío.

El verano ya me genera una alegría de vivir que sólo se equipara con la desesperación por disfrutar de todo en este breve lapso en el que Vancouver se olvida de su ubicación casi polar y su origen de bosque lluvioso.


Algunas fotos del evento comunitario de nuestro barrio:




Almorzando con Inés y Julián en el día Griego, en el barrio de Kitsilano, a pocas cuadras de casa.
Juane e Isabel, compañeros de investigación de Sil, de las islas Canarias.
Noche de solsticio y cumpleaños de nuetro amigo mexicano Diego (remera roja). El flash de la foto revela lo que pasaba en la penumbra de la fiesta.


Me brilla la pelada durante el festival de Jazz, que tiene eventos gratis al aire libre y sesiones costosas en teatros para disfrutar de personajes como Herbie Hancock, Wynton Marsalis y Brad Mehldau. Nosotros estuvimos al aire libre.

Stanley Park es uno de los íconos naturales de la ciudad de Vancouver. Se encuentra en el medio de todo, entre el mar y la ciudad.


Aca los clásicos totems del parque:

Desde el malecón de Stanley Park
En el medio del parque, nos encontramos con este ecosistema. A 5 cuadras hay rascacielos, taxis, bancos, alcantarillas...gente....

Paseando en bici por el Parque.

lunes, 16 de junio de 2008

Car Free Day


Día libre de autos. Esto no significa que los autos no hayan podido transitar en la ciudad el pasado Domingo. Se refiere a un día de concientización sobre el uso excesivo del auto (por cuestiones de contaminación, uso de combustibles fósiles, salud física, y congestionamiento). En este día sale más gente de lo habitual en bicicleta y hay calles cortadas donde se hacen algunos festejos con bandas en vivo, etc.

La mañana había empezado bien, con un picnic de primera en la playa, aunque algunos momentos tensos surgieron cuando en el momento de sacarle una foto a Sil, apareció en el fondo un perro Pekinés al que su dueño llamaba a viva voz: "Oli". Indignado junté mis cosas y me retiré hacia la playa para fotografear la marea baja. ...sólo para encontrar que posando en el fondo de mi nueva foto aparecía un perro (abajo a al derecha) al que a los pocos segundos llamaron "Herbie". No es broma. Me lo tomé con soda y continué con mis cosas.

Una vez recuperado de estos golpes bajos, pude disfrutar de un día de campeonato en el festival callejero hasta las 11 de la noche con amigos. Aquí los siempre serios Julián e Inés. Por la noche comimos en un restaurant Vietnamita. Silvia pidió pollo con fideos de arroz y se llevó la sorpresa, grata por cierto, de encontrar unos restos de mondongo en su plato. El mondongo NO está dentro de nuestro top 1000 de platos favoritos.

domingo, 8 de junio de 2008

potpurrí


Para los que descreían de mi nuevo rol de carpintero. Esta foto espontanea capta un momento de plena concentración tratando de despegar un pedazo de madera que accidentalmente fue atornillado al un trampolín que pasaba por ahí.

Hace algunos días fuimos con Silvia a una presentación del General canadiense Guy Tousignant. Fue el comandante de las fuerzas de paz de las Naciones Unidas durante la segunda parte del conflicto de Ruanda en los 90. Luego de haber leído algunos libros sobre Africa que trataban el genocidio de Ruanda en donde casi 1 millón de personas murieron en pocos meses, y luego de varias películas desgarradoras como "Hotel Ruanda", fue muy conmovedor escuchar a alguien contar esto como vivencia, con mucha frustración por las vidas que no se pudieron salvar y con una capacidad de descripción y comprensión del conflicto increible. Vimos fotos. Fotos de su cámara, no las que salieron en los diarios.

Describió el contexto general del trabajo de las fuerzas de paz de la Naciones Unidas en el mundo, explicando cómo, en su visión, hay ciertos roles que se le adjudican a estas fuerzas que ellos no pueden cumplir, debido a su rol escencial de intervención militar. Por ejemplo, la reconstrucción de un país luego de la intervención militar de las fuezas de paz (ej. Irak, Afgansitán). Sugiere que se sigue cometiendo este mismo error. Darfur, según opinó, tiene el nombre Ruanda escrito por todos lados, y el mundo no reacciona.

Pasando a un plano local y mas alegre, fui a ver una fase del campeonato mundial de triatlón, uno de los últimos o el último antes de los juegos olímpicos. Ganó en la categoría de hombres, el español Javier Gómez, que aparentemente es medalla de oro seguro en Pekín. Todos unas bestias. 1500 mts. de nado en el mar (muy frío, 12 grados!), 40 Km de bicicleta en la ciudad, y 10 km corriendo. 1:49 horas hizo el ganador. Un ritmo infernal todos. Cuando sea grande quiero correr triatlones. Aca algunas fotos de internet porque no llevé la cámara.




domingo, 1 de junio de 2008

El nuevo trabajito de la doña

Silvia no deja de sorprenderme con su audacia. Hoy trabajó como voluntaria de 6:45 a 8:45 de una bastante fresca mañana en una carrera que se realizó en la Universidad. No hay mucho más que decir. Es multifacética. Y yo tuve que documentarlo para la posteridad.

Aca la vemos dirigiendo el tránsito durante una carrera de.... no exactamente...atletas.


Silvia en acción.