jueves, 20 de noviembre de 2008

Aparentemente todo va a cambiar

Días revolucionados. Días muy especiales. Además falta poco para la visita a Buenos Aires. Son tantos los abrazos que quiero dar y recibir. Días muy especiales.

Paciencia, euforia, signos de pregunta, imaginación, sonrisa infantil. Pasan cosas raras en la cabeza de uno cuando se aproxima algo nuevo como esto. Aún no despierto, ni sé donde estoy, ni qué viene. Soy un pibe parado en el medio de un campo abierto con múltiples horizontes, con una sonrisa muy grande, con ganas de abrazar, y una sonrisa colombiana al lado que todo lo puede.

¿Fotos? ¿Qué fotos? ¿voy a postear fotos de nuestra imaginación? ¿de lo que estamos soñando? ¿de los que nos miramos y reímos y decimos "esto es increíble"? ¿Qué fotos quieren que ponga? no hay foto que alcance, no hay blog, no hay nada, sólo hay un latido diminuto que crece a cada segundo, con cada uno de nuestros latidos e ilusiones.

Esta bién, van un par de fotos.
Abrazos a todos.



Los mantos de nubes entre montaña, ciudad y mar (vista desde nuestro depto)

Salida de la luna llena detrás de Grouse Mountain (vista desde nuestro depto)


Quedan pocas hojas por caer

Contento manejando un equipo GPS (la antena receptora no sale de la mochila que cargo sino que está implantada en mi cabeza)

domingo, 2 de noviembre de 2008

Verde, Rojo, Naranja, Amarillo, Café

Este no es el listado de la columna de colores de un juego de Stop (tuti-fruti en Argentina), tampoco tiene que ver con los colores de alguna bandera (aunque eso se lo dejamos a Oli que seguro lo puede responder) y tampoco se refiere a la clásica pregunta que suelo hacerle a Oliverio: ¿Qué aretes me quedan mejor, los rojos o los…?


Son los colores que ahora sobresalen cuando nos asomamos por la ventana o cuando salimos a la calle: Otoño. Otra vez tengo que aceptar que paisajísticamente Vancouver es divino y el otoño le colabora bastante. Es una maravilla ver arboles verdes que se transforman en cuadro impresionista como hechos de pinceladas de varios colores, encontrarse con arboles completamente rojos, caminar por calles de andenes amarillos, ver arboles con aureola roja y naranja en le piso, pisar hojas cafes (marrones) crocantes al caminar y caer en la inevitable recolección de hojas de todos los colores que al final quedan aplastadas entre hojas de libros y uno nunca mas las vuelve a ver.

Con tanto colorido el frio se hace mas leve y las caminatas con lluvia (que no ha sido mucha) bastante manejables. Hace un par de semanas fuimos de visita al Queen Elizabeth Park (segundo parque mas visitado en Vancouver y su punto mas alto). Ahí recién empezaba el otoño y acá van unas fotos de ese día. Era domingo 10 am y solo estábamos nosotros dos y aproximadamente 3 buses enteros de turistas asiáticos, fue raro.



Queen Elizabeth Park

Vista de la ciudad desde el parque



Tai-Chi en acción en el parque




En el campus de la Universidad




La vista sudeste de nuestro apartamento



Arco de entrada al campus de la universidad, en la esquina de nuestra casa.

Vista norte desde nuestro apartamento


El 13 de octubre fue el día de acción de gracias en Canadá. Nos invitaron a su casa Selim y Sarah (de Trinidad y Tobago) e hicimos el verdadero pavo al horno como lo exige la tradición. Si, Oli a pesar de ser vegetariano, comió pavo (no confundir con el dicho bogotano “Comer pavo” que significa que nadie lo saca a bailar a uno)

Otro plan otoñal y en preparación para Halloween fue tallar calabazas.

Fui a la casa de una amiga de la universidad (Jeanette) el fin de semana pasado y me inicié en esta actividad. Confieso que me divertí y que lo voy a volver a hacer. Eso si, prometo mayor creatividad para el próximo año.

Mi calabaza es la de ojos estrellados