OK perfecto, te llamo cuando llegue y seguro nos vemos. El colombianísimo “te llamo y seguro nos vemos” fue literal en mi paso por Buenos Aires. Llamé a muchos y vi a otros tantos pero no con todos/as pude realmente sentarme a hablar y estar. Yo pensé que eso solo me pasaba cuando iba a Bogota de visita, pero no, resulta que Buenos Aires también es casa y entonces la maratón de visitas de aquí para allá también sucedió. Silvia: No, el primer fin de semana imposible, cumple Oli, tenemos casamiento y el domingo un asado de todo el día. Y el miércoles? Preguntaban al otro lado del teléfono. Silvia: No, tengo un civíl, y el fin de semana tampoco, me voy para Punta del Este, tengo otro casamiento. Y de una te digo que el siguiente fin de semana tampoco, vamos a estar en el Delta. Amiga/o: Y el viernes después de navidad y antes del Tigre?. Silvia: Bueno ahí puede ser pero tengo que ver que hacen mis papas y después te confirmo. Amiga/o comprensiva/o: Claro, es que en la época de las fiestas siempre se complica. Silvia: Hablemos y vemos. Ja, ja, ja. Vuelve uno al mismo punto donde empezó y todavía no pudo cuadrar para ver a los amigos y amigas tanto tiempo como uno quisiera después de un largo año sin ellos! Igual, la suerte nos acompaña, por lo menos estamos en la misma ciudad.
Que delicia tener mucha gente que quiera estar con uno y que quiera verlo, que rico tener agenda social apretada y disfrutar al máximo cada minuto con amigos y amigas. Pero que pesadilla que las vacaciones sean tan cortas! Fueron tres semanas de aquí para alla pero excelentes. Definitivamente un placer estar en casa y sentirse como en hotel 5 estrellas.
Los casamientos de Dani/Pipi y Josefa/German estuvieron increíbles, otra vez mis pies sufrieron las consecuencias del inevitable bailoteo de principio a fin sin parar (la latina me empuja y Oli me acompaña) y mi paladar se sintió completamente agasajado con rogeles y sánduches de carne a media noche! Cuanta falta hacen en estas latitudes.
Por supuesto que en los cortos pero sustanciosos cafés porteños un tema central fue la panza creciente de la Colom o Sil como allá me dicen. Al igual que Oli yo también aprendí mucho de las artes y cuidados prenatales y fui advertida de las emociones intensas y trajines peri y post natales. Mis fuentes de datos fueron muy variadas (mama, suegra, amigas y amigos - madres y padres recientes y no tan recientes) así es que confío plenamente en sus enseñanzas y desde ya estoy preparándome.
Ahora de vuelta en Vancouver (ahora no hay nieve pero si neblina) y después de estas vacaciones de intensidad afectiva, vuelvo a caer en cuenta de la falta que me hacen todos los que están allá mientras yo estoy aquí.