sábado, 17 de enero de 2009

De aquí para allá

OK perfecto, te llamo cuando llegue y seguro nos vemos. El colombianísimo “te llamo y seguro nos vemos” fue literal en mi paso por Buenos Aires. Llamé a muchos y vi a otros tantos pero no con todos/as pude realmente sentarme a hablar y estar. Yo pensé que eso solo me pasaba cuando iba a Bogota de visita, pero no, resulta que Buenos Aires también es casa y entonces la maratón de visitas de aquí para allá también sucedió. Silvia: No, el primer fin de semana imposible, cumple Oli, tenemos casamiento y el domingo un asado de todo el día. Y el miércoles? Preguntaban al otro lado del teléfono. Silvia: No, tengo un civíl, y el fin de semana tampoco, me voy para Punta del Este, tengo otro casamiento. Y de una te digo que el siguiente fin de semana tampoco, vamos a estar en el Delta. Amiga/o: Y el viernes después de navidad y antes del Tigre?. Silvia: Bueno ahí puede ser pero tengo que ver que hacen mis papas y después te confirmo. Amiga/o comprensiva/o: Claro, es que en la época de las fiestas siempre se complica. Silvia: Hablemos y vemos. Ja, ja, ja. Vuelve uno al mismo punto donde empezó y todavía no pudo cuadrar para ver a los amigos y amigas tanto tiempo como uno quisiera después de un largo año sin ellos! Igual, la suerte nos acompaña, por lo menos estamos en la misma ciudad.

Que delicia tener mucha gente que quiera estar con uno y que quiera verlo, que rico tener agenda social apretada y disfrutar al máximo cada minuto con amigos y amigas. Pero que pesadilla que las vacaciones sean tan cortas! Fueron tres semanas de aquí para alla pero excelentes. Definitivamente un placer estar en casa y sentirse como en hotel 5 estrellas.

Los casamientos de Dani/Pipi y Josefa/German estuvieron increíbles, otra vez mis pies sufrieron las consecuencias del inevitable bailoteo de principio a fin sin parar (la latina me empuja y Oli me acompaña) y mi paladar se sintió completamente agasajado con rogeles y sánduches de carne a media noche! Cuanta falta hacen en estas latitudes.

Por supuesto que en los cortos pero sustanciosos cafés porteños un tema central fue la panza creciente de la Colom o Sil como allá me dicen. Al igual que Oli yo también aprendí mucho de las artes y cuidados prenatales y fui advertida de las emociones intensas y trajines peri y post natales. Mis fuentes de datos fueron muy variadas (mama, suegra, amigas y amigos - madres y padres recientes y no tan recientes) así es que confío plenamente en sus enseñanzas y desde ya estoy preparándome.

Ahora de vuelta en Vancouver (ahora no hay nieve pero si neblina) y después de estas vacaciones de intensidad afectiva, vuelvo a caer en cuenta de la falta que me hacen todos los que están allá mientras yo estoy aquí.





Con Marianne y Magui

Con Nico


...


Con Jess y Keko en una parilla en Nuñez

Con Jose y Germán en su matrimonio


Los 7 minutos de playa que tuvimos en Punta del Este


Mary, Loli, Emilia y Sole

El apartamento de Angela y el Tickal

En Navidad con mis papás

Dos de los varios calvos de la familia, en Navidad

en fin...

Vale, Vane, Coky y Male

Un farol extraviado en el río Luján

Las grúas y el Puente de la Mujer en Puerto Madero

con Mary y Jose en Tea Connection (vayan!)

Con mis papás en año nuevo

Por qué me sacará la lengua?

Fer, Lu, Vane y Male en Grappa

martes, 6 de enero de 2009

ayayayay

¿Qué está pasando? ¿dónde estoy?

No pensé que fuera a terminar tan rápido. Ya estamos rodeados de nieve y lluvia otra vez. ¿Qué pasó con el Buenos Aires tan vivo con el que me desperté un 11 de diciembre por la tarde? Fue un sueño, parece. ¿Un paréntesis? ¿o es la nieve un paréntesis? Las estaciones saben separar las cosas. "Vos sos esto y vos sos esto. No te confundas". Que arrogancia, como si fuera tan facil despertar una mañana entre agua crsitalizada, con los amigos lejos en un jardín o en una chata en el delta, y la familia aún en Ministro Pistarini lagrimeando por lo inevitable de toda despedida.

Sueño o no, Buenos Aires fue más y menos de lo que esperaba (consejo 1: ojo, las expectativas por algun lado te meten el navajazo). Para mí, una cosa es la familia y amigos (y mascotas también) y otra cosa es la ciudad y la gente que la transita. Que se yo, con el corazón alborotado por el hijo que viene en camino, el reencuentro con mi gente fue avasallante. Ver a mis padres como casi abuelos y ellos a mí como casi padre es conmovedor. Se empieza a cerrar un ciclo como me dijo mi vieja, una misión tal vez, y empieza otra, y uno empieza de a poco a entender el camino andado por ellos desde hace ya treinta y dos años.

El casamiento de Dani fue demasiado perfecto y entre los nervios iniciales y la sobredosis de emoción, quedé dando trompos con una sonrisa imborrable, entre amigos cada vez más unidos.

Se sucedieron encuentros, abrazos y charlas con mi gente; se volvió a meter el sol cálido del sur en mis días. Mis amigos no paran de tener hijos y conocí a Pancha, Olivia y Santiago, Camila, Ana y vi a Mora y a Cata ya grandes. Es increible. Me entregué ami Buenos Aires cansado, pálido y vegetariano, y la ciudad me devolvió enérgico, piel canela (así lo veo yo) y todavía vegetariano (sólo me comí las costillas de cerdo en el casamiento de Dani, unos sandwichitos de lomo en el casamiento de Josefina y un pedacito de lomo de la parrilla de casa en año nuevo...y una empanada de carne de La Reja...está bien, 2) (consejo 2: si sos vegetariano y comiste carne, careteala, mentí, nunca lo admitas porque perdés credibilidad).

La Buenos Aires más amplia sin embargo parecía cansada, limitada, descortez. Su gente así me lo contó entre palabras y actitudes. Me duele, no se cómo duele ni dónde. No entiendo aún como conectar mi identidad a mi ciudad. No lagrimié al aterrizar en Ezeiza. Para mí siempre fue un indicador confiable. Luego de viajes largos siempré se me cayeron las lágrimas al volver. Esta vez no pasó. Fue una sensación rara.

Viví estas tres semanas en Buenos Aires intensamente. La gente que yo quiero está allí o está fuera pero pensando en volver algún día. Estar en casa es insustituible. Casa es casa. Mi Buenos Aires me abrió los brazos como nunca, en cambio la ciudad de todos, ni fu ni fa.

Todavía no soy padre, técnicamente, pero ya aprendí algunas cosas, entre ellas:1) en navidad Ovo, el principito, irá recibiendo cada vez más reglos que yo. Aún no ha nacido y tiene más ropa que yo. 2) Mis amigos que son padres recientes, tienen muchos consejos y yo escucho y trato de entender pero creo que se viene algo para lo cual uno poco puede entrenar ni estudiar, se viene el fin de una Era, la era del "Yo", y empieza la Era de "mi hijo". Esto me viene muy bien porque ya estoy cansado de darme tanta bola a mi mismo (Consejo 3: ojó con este tipo de declaraciones íntimas que lo exponen a uno). 3) Que se viene un año increiblemente lindo y con muy poco sueño.

Aca van unas fotos de nuestro irreal viaje a Buenos Aires, Sil ya escribirá en estos días.


Un gran momento en casorio de Daniele


y otro...


...y otro...


Que nervios que tenía...


momento glam

Una escapadita a Uruguay al casorio de Jose
pasando la mal en el humilde hogar de Max (sí, el velerito también es de él)

Visitando a mi abuela

la mesa navideña más apiñada do mundo...había otra

Conociendo a Pancha en mi cumpleaños

¿A qué se debe mi expresión facial (clickear para ampliar)?: ¿a punto de estornudar? ¿tal vez golpe en la canilla? ¿picadura de tábano? ¿agresión verbal del tickal? quien sabe...


Mis suegros a toda máquina en el delta


Ahora a media máquina

Mi viejo y yo muy estresados

Y la gordita tambien se toma su merecido descanso


¿Qué estarán mirando?


Araña porteña

El trío de remo colombiano

Mirando como mis amigos devoran asado y yo a pura ensalada de tomate y huevo


Comida en Los Pecanes, Delta del Paraná

Los Mazabel en bici por San Antonio de Areco

Amigos en Dante