lunes, 11 de enero de 2010

De mi hamaca me despertaron para volver a la lluvia

1000 días en Vancouver? Van 740. Pero son 1000 brutos o netos? Por ejemplo yo acabo de pasar 25 días en Colombia, eso se descuenta? Y Silvia sigue allá hasta el 25 de enero, entonces descontamos los de ella, o promediamos entre los dos? Y Simón? Simón va 199 días en Vancouver. Empezamos desde allí? …en fin buscando changuí… o tal vez todo lo contrario…

Acabo de llegar a Vancouver. Sil y Simón siguen disfrutando de Colombia, la familia, el sol, las montañas y la gente colombiana. Llegué a casa nueva. No quiero entrar en el tema de la mudanza relámpago que hicimos antes de salir en Diciembre. Mudanza a medias en realidad porque a mi llegada me ha tocado y me sigue tocando mudar nuestras cosas a la nueva casita donde vamos a vivir por un tiempo (esto dependera del changuí mencionado anteriormente). Proximamente contaremos más sobre nuestro nuevo hogar.

Pero ahora volvamos a Colombia. Colombia me hizo bien y mal. Mucho mas bien que mal. Incluso mal podría ser bien según cómo y quién lo mire. La nostalgia, el recibimiento de la familia, el calor, provocó un viaje mental y emocional a Buenos Aires, al idioma, al abrazo, a la comida; todo me desordenó más de lo normal. No soñé con cortes de calle, trámites en oficina pública, afanos, violencia, sólo fue un ingenuo sueño de amigos, verano, asado vegetariano, y de uno mismo ahí con todos los nuestros. Emo la tenía clara cuando me dijo que el tercer invierno es el que empieza a doler. El tercer invierno y una mudanza, porque hoy, desempacando cajas, encontre cosas: una estrellita de madera que me dio mi vieja hace mucho tiempo, un especie de amuelto-recordatorio que me ha acompañado en muchos viajes ya, y que me recuerda agradecer por lo que me ha tocado en la vida; y una carta de Daniele que me entregó el 31 de diciembre de 2007, el día antes de nuestra partida al Canadá. Aprovecho ahora que estoy sólo para nostalgiar un poco, porque cuando lleguen Sil y Simón empieza el baile (una salsita!) otra vez.

Recomiendo visitar Colombia a toda la gente que quiero. Con la calidez de la gente colombiana alcanza para que sea un lugar muy bueno para visitar. Pero Colombia además esconde una infinidad de bellezas naturales y culturales. La sola idea de viajar moviéndome entre “tierra fría” y “tierra caliente” ya genera una energía muy especial. Entra por todos los sentidos. En dos horas puedo uno pasar de 10 grados a 30, de poncho (ruana) a guayabera. Una delicia.

Estuvimos en los llanos, al Este de Bogotá, cruzando la cordillera Oriental. Calor, paisaje pampeano, con algunas serranías pero por lo demás muy plano. El agua recorre el lugar acompañada por mata selvática y palmas de tipo Moriche, formando, cuando se le da la gana, un pozo de agua cristalina rodeado por estas palmas bien altas. Estuvimos nadando en uno de estos pozos en Campo Florido, finca a 300 kilometros de Bogotá (6 horas de auto). Simón sufrió un poco con el calor pero creo que la pasó bien. Sil estaba feliz luego de 10 años sin pisar Campo Florido.

Desde Bogotá hicimos algunos paseos al Salitre (1.5 horas), una finca cerca de Chocontá. Es el lugar perfecto para descansar, salir a caminar y desayunar arepas, huevo y jugo de lulo o mango en el jardín. También fuimos a Cucunubá, un pueblo muy pintoresco a unas horas de Bogotá, con los papás de Sil y mis viejos, que hicieron un viaje relámpago desde Buenos Aires para vernos (al nieto en particular).

Para Navidad llegó mi tío Hugo también desde Buenos Aires para emprender un viaje con nosotros a la Guajira, al noreste de Colombia. En este viaje no nos acompañó Simón. Prefirió quedarse con la abuela y la tía abuela comiendo compotas y cereal. “Desierto, hamacas, calor y poca agua potable??? Con esa a mi no me agarran!!! yo los espero en Bogota, tranquilo disfrutando de los mimos de mi abuelita Claudia”, me dijo Simon un dia antes de nuestra partida en un idioma casi ininteligible que suena algo como pbrrrrrr,taaaa…ssss.prrrr.

La Guajira es desértica y es el hogar de los indígenas Wayuu. Un lugar apartado del mundo, relegado por el desarrollo, que intercala paisajes increíbles incluyendo el mar Caribe, desiertos de tierra, piedra y arena, algunos cactus y espinillos que acompañan a las cabras y burros que recorren la tierra en busca de una gota más de agua, y una hoja más para mascar; y bien al Este del península, un oasis llamado Serranía de la Macuira. Fue impresionante, una tarde estaba nadando entre peces tropicales y coral cerebro y al dia siguiente estábamos viajando a 100km/h por el desierto en camionetas.

Una vez más Colombia y nuestra familia Colombiana nos han tratado de lujo. Fue duro volver, mas aun dejando a Sil y al enano (que esta hecho un gordo luchador de sumo). Pero, la esperanza de volver pronto descansa tranquila, con el alivio de saber que de Colombia uno no se puede cansar.

Van las fotos. Las de la Guajira las mando en la proxima entrada!


Con Felix en Miami y sus playas
Simón
durmió todo el vuelo
En el Salitre:
La abuela cambiando un pañal
Con los tíos


Santi, Suanúa y Simón
La abuela le da el almuerzo a Simón
Pensando

Con el Dr. Benavidez (el burro)


De caminata por los rieles del tren

Con los dos abuelos en el jardín





Siesta post almuerzo
El primer caballo de verdad
En los Tejares de paseo



Cucunubá




Frente a las rocas de Suesca


Las rocas de Suesca

Con Lucinda
El abuelo me carga mientras duermo
Abriendo el primer regalo de navidad


Comprando frutas antes de subir a la montaña
Subiendo los cerros de Bogotá con Santi
Salida de Bogotá hacia Villavicencio, el sur
Carretera a Villavo

Vista del Alto de Menegua (ombligo geográfico de Colombia)
Las serranías de Campoflorido
Los moriches


Campoflorido
Con papá en la hamaca hecha por los presos
De poncho llanero en el pozo
Núa a punto de nadar
Atardecer
El mejor baño del mundo
Con la mejor vista
El baño




El deck para ver el cielo y el paisaje
El pozo de la Mapora

Simón tenía mucho calor, este baño fue extra
Caminando al pozo de campoflorido
El pozo


Marcaron a las vacas...
Que estará oyendo?
Carlos mira el ganado
El baño de Olger y Elsi
Panel solar para la televisión
Que placer de hamacas
Marcando y enlanzando


En las hamacas con mi mamá

Ojo al caballo en el salero!

Muy contento en la mesa del comedor



Rio Metica
Feliz volviendo para Villavo


Sil y sus amigas del colegio e hijas (Suanúa colada)
Simón en navidad
El cuarto de Simón en Bogotá
Mi abuelo me da calabaza!


Misa en el parqueadero de un supermercado

El año viejo se quema, tradición del 31 de diciembre

Popeye come espinacas por primera vez

Que tendrá el tetero?

La puerta del Salitre

Vista desde el cultivo de Romero

Con mi mamá en el romero



Jardín del Salitre
En el Parque del Chicó (Bogotá)




En la casa de Carlos


Brisa, Sofi y Núa