Llegó el octavo mes y por ahora venía invicta en todos los síntomas incómodos del embarazo. O sea, casi que venía pronosticada a familia numerosa basada en la experiencia increíble de tener un bebe adentro, solo engordar barriga (está bien y otras partes un poquito) y tener tanta o más energía que antes. Pero el octavo se vino con todo: retención del líquidos imparable (patas de elefante, cara símil “Alvin y sus ardillas”), poco descanso (rotar en la cama es todo un acontecimiento y a esto hay que sumarle 3 idas al baño durante la noche), calores extremos, dolor de huesos, etc. Sí, todas estas cosas y más, que no les voy a contar, pasan en la dulce espera de Simón.
Pero este mes también vino con fiesta. Mónica, Catalina y Milena me organizaron un baby shower. Para los que no dominan la jugada del shower, se podría definir como juntada con amigas en las que aparte de servirse comida muy buena-esto es norma- cada comensal lleva un regalo para, en este caso, Simón. Aplica para diferentes acontecimientos: matrimonio o irse a vivir solo, por ejemplo. Pues bueno, fue el primer shower para Simón, porque es que en Colombia no solo hay uno sino varios y las pobres amigas de uno siempre se arruinan. Volviendo al evento y para que quede claro que la comida fue de calidad, se aseguraron que no quedara nada al caer con empanadas colombianas y alfajores de maicena! Que tal la delicia? Algo me voy a tener que inventar para volver a tener este menú en Vancouver.
El segundo baby shower lo organizó Juliana (amiga de la universidad) y hubo variaciones respecto a los típicos showers: vinieron maridos, hubo juegos muy divertidos (ver video) y fue en nuestra casa! Comimos tacos y Maya trajo un ponque muy bueno. Como se diría en Bogotá: mil gracias, todo súper útil y divino, ahh! Y no lo tenia! (esto es en serio).
Este regalo no se lo podemos guardar a Simon, pelota de futbol americano, futbol y "puck" (tejo del hockey) en chocolate!
Las mismas mas Donat, Saleem, Gili y Oli