Parece que el miedo a la altura tampoco se pierde ni desaparece, sólo se transforma en más miedo a la altura. Por segundos se transforma en valentía si uno se esfuerza, pero luego vuelve a ser lo que es, miedo, retornando en el peor momento: cuando uno está elevado, alejadito del suelo.
Yo y una escalera de pintor de 7 metros. Pincel en mano derecha, mano izquierda agarrotada y afianzada como una prensa a la escalera de aluminio. Cualquier movimiento en falso envía un rayo de sensciones desagradables por el cuerpo. Mi cuerpo se pega a la escalera hasta convertirme en un ser humano escalonado. Pero tengo que estirarme para pintar de negro las vigas de madera infinitas, hogar de arácnidos variados y amigables. Para eso me pagan, y si quiero sushi mas vale que pinte vigas en la altura. Con las arañas que encuentro tengo un trato: les hago de campana cuando se aproxima alguna avispa arañera, y ellas me prometen atrapar con sus telas en caso de que yo pierda el equilibrio.
¿Qué es lo que me pasa, qué es este miedo a la altura, vulgarmente conocido como vértigo? ¿De dónde viene? ¿Qué es esto de no tener miedo al tirarme de paracaídas o volar en parapente pero no poder subirme a una escalera alta sin sufrir, o no poder acercarme a la baranda de un balcón de un noveno piso o peor aún, sufirir como un perro al ver a alguien acercarse a la baranda de un balcón?
En estos últimos dos meses he tenido la posibilidad de enfrentar este miedo. Día trás día, escalón trás escalón, exhalación trás exhalación. He mejorado. Por momentos me siento seguro y puedo estirarme con más comodidad hacia los costados para pintar mayores extensiones. Hay otros momentos en que la escalera y yo somos inseparables, un sólo cuerpo, y si el rodillo no tiene extensión o estoy con el pincel, entonces soy un pintor ineficiente que requiere subir, pintar, bajar, mover la escalera, subir, pintar, bajar, mover, etc, muchas veces para cubrir sólo unos pocos metros de viga.
Un día Santiago (mi jefe y amigo, y es relevante mencionar que fue durante un par de años guardaparque en el Aconcagua) alquiló una grúa con un brazo con extensión de 20 metros para pintar vigas ubicadas a más de 10 metros de altura. Sorprendentemente no sufrí de vértigo, andaba como un hombre araña cualquiera, asomado, estirado por sobre la baranda de la caja de la grúa. Me sentí intrépido, audaz, con el miedo superado, uno de los hombres más seguros del mundo, pecho inflado, el mundo en mis manos. Un gran día. Al día siguiente treparme a la escalera a unos 4 metros de altura fue nuevamente un martirio. No lo podía creer. Traición. Mi mirada hacia mi mismo fue la de William Wallace a Robert the Bruce cuando descubre tamaña traición. Empezar nuevamente de cero, como si la memoria hubiese hecho huelga, como si hubiese sido spolo un sueño.
¿Qué es esto del vértigo? Voy a investigar. Cualquier contribución de ustedes, los amigos de este blog, compartan o no este sufrimiento, será muy apreciada.
Mientras tanto, y ya que la doña y yo nos tomamos unas vacaciones hasta mediados de Agosto, los dejo con algunas fotos y videos de nuestro fin de semana el el festival de música folk de Vancouver. Un fin de semana entero de 10 de la mañana a 11 de la noche, 7 escenarios y música de distintas partes del mundo. Cerró el domingo con Michael Franti and the Spearhead (Excelente banda Californiana de Reggae - Hip Hop). Fueron días increibles de verano. La gente deja sus cosas temprano frente al escenario principal (pareos, mantas, mochilas, etc) y luego recorre los distintos escenarios durante todo el día. Nadie te roba nada, el pasto no se llena de basura, no te roban el lugar. Todos bailan, toman sol, duermen, charlan, fuman ( no se puede tomar alcohol en lugares públicos). Digamos que diferente. Músicos para recomendar: John Butté (New Orleans), Eneida Marta (Africa occidental, Portugal).
Silvia ya partió para Bogotá a conocer a su sobrina. Pasará también unos días en Cartagena. Pobrecita. Yo me internaré en la montaña por 10 días.
Este peón me viene bien como enano de jardín...me lo llevo.
Sil siempre con el chiste fácil.
Y pensar que con Julián somos amigos desde salita de 2.
Sil se hace la hippie entonces ahora tiene una casa acorde (tippie).